En la adolescencia surgen muchos cambios a nivel físico y mental, por eso, es común que los jóvenes se aíslen, no quieran salir de la habitación o hasta les cueste relacionarse con otras personas de su misma edad. Sin embargo, aunque el retraimiento pueda ser normal por un corto periodo de tiempo, muchos padres se preocupan y empiezan a plantearse preguntas para solucionarlo, como por ejemplo: ¿busco psicólogos en Bilbao?, ¿he hecho algo mal?, ¿mi trato debe ser diferente?
Como podremos saber, todos somos seres sociales porque convivimos en “sociedad”, pero cuando surge una incapacidad extrema de relacionarse no estamos hablando de una simple timidez, al contrario, se trata de un miedo patológico de enfrentarse a situaciones en la que implique hablar con gente, exponerse ante personas, participar en fiestas, hacer un reclamo, incluso llevar a cabo con normalidad las tareas cotidianas.
Normalmente, los adolescentes son más propensos a padecerlo debido a toda la serie de cambios que tienen que enfrentar. En ese sentido, estamos hablando de figuras de autoridad, relaciones con compañeros de la escuela, acoso escolar, bullying, ataques de pánico en exposiciones, entre otras causas. Por esta razón, su diagnóstico y tratamiento de la mano con los psicólogos es de suma importancia.
Llevar a un adolescente a una consulta psicológica por motivo de timidez es válido. Todos los padres se preocupan por el bienestar de sus hijos, no obstante, antes de alarmarse o hacer un diagnóstico falso, los psicólogos recomiendan una serie de claves para detectar una fobia social. Entre algunas básicas, destacan las siguientes:
- Pensamientos autodestructivos o críticas fuertes hacia sí mismo
- Cambios brucos en el humor: tristeza, apatía, euforia, etc.
- Negarse ir a la escuela o salir a divertirse con amigos
- Evitar hablar por teléfono con familiares o extraños
- Atender visitas cuando llegan a casa
- Bajo rendimiento académico
- Ataques de pánico, ansiedad extrema, temblores, entre otras manifestaciones físicas
Ante la presencia de algunos de estos síntomas, lo mejor es asistir a terapia con un psicólogo, seguramente este sabrá cómo abordar el caso y qué tratamientos indicar para devolverle la calma al adolescente.